sábado, 20 de julio de 2013

El Presidente comparecerá.

Parece ser, y parece ser que sí, el Presidente del Gobierno español comparecerá para dar explicaciones por el escándalo del caso Bárcenas. Hasta ahora, una buena parte de los ciudadanos de este país hemos considerado que las explicaciones dadas por el señor Presidente han sido insuficientes y con mucha falta de rigor por su parte dado que en los denominados papeles de la contabilidad b del partido del gobierno aparece su nombre al igual que la de otros dirigentes. Hasta ahora, ha negado la mayor, pero ya es hora que salga a la palestra y desgrane todo ese turbio asunto que le atañe. Su proceder ha sido, bajo mi punto de vista, insultante y de falta de respeto a la ciudadanía.

Por otra parte, nos vuelven a tomar por imbéciles, sobre todo el señor González Pons, vicesecretario general de Estudios y Programas del Partido Popular, quien dice que la comparecencia del señor Presidente no la dicta ni el señor Bárcenas (ex tesorero del PP) ni el señor Rubalcaba (secretario general del PSOE). Desde luego que no, señor González Pons: somos los ciudadanos de este país los que queremos que el Presidente se explique, sin mentir, y que nos aclare muchas cosas (lo del programa electoral lo dejaremos para otro momento).

De todas formas, en el hemiciclo del Congreso de los Diputados, ya han hecho los preparativos para que el Presidente dé explicaciones. A la foto me remito.


La excelencia de un gobierno
no se juzga por su orden.

Lao Tse (570 aC - 490 aC), filósofo chino.

jueves, 11 de julio de 2013

Jugando a "Hundir la flota".

Seguramente, todos nosotros hemos jugado alguna vez al juego de “los barcos” o, en su caso, al comercial juego de “Hundir la flota” (desconozco la denominación de este juego en otros países). El juego es muy fácil de jugar y las reglas son muy sencillas de aprender. Únicamente se necesitan dos personas para pasar un rato entretenido y jugar porque el único material que hace falta es lápiz y papel. Una vez distribuida la flota de barcos, uno de los jugadores le dirá al otro las coordinas de su disparo y el segundo contestará “tocado” o “hundido”, dependiendo si el primero ha acertado las coordenadas en la que hubiese un barco. Sencillo, ¿verdad?.
Pues parece que en este país a algunos les encanta hacer uso de este bonito juego lanzando cargas de profundidad o enviando torpedos a la línea de flotación para hundir al adversario. Como habrá adivinado el lector, me estoy refiriendo a todos los supuestos casos de corrupción que asolan a España, desde el caso Bárcenas hasta el caso de los EREs de Andalucía,  pasando, cómo no, por el caso NÓOS. Todos los que están envueltos en estos asuntos (hay que decir que no son estos tres casos los únicos que hay) se empeñan en atacar a la otra parte mientras que esta última da mensajes muy ambiguos para la ciudadanía que, poco a poco, pierde día a día la confianza de los representantes elegidos para dirigir el país en las pasadas elecciones generales de 2.011.  Y no es que pretenda pedir dimisiones en este depósito virtual, en absoluto, pero cuando me tratan como a un imbécil... Me dan ganas de pensar que “todo está atado y bien atado” (frase atribuida al dictador Franco).
Con todo lo anterior, pienso que la valoración que se hace fuera de nuestras fronteras es, si no nefasta, sí delicada. La situación que atraviesa el país no es precisamente boyante aunque nos digan que se está viendo la luz al final del túnel (¿será un tren que viene de frente?). En los casos que afectan, por un lado, al partido del gobierno y, por otro, al principal partido de la oposición, es necesario que los dos líderes den explicaciones sobre los asuntos de presunta corrupción que hay en sus partidos. Pero, por favor, y esto lo dirijo especialmente al presidente del gobierno de España, que den la cara y no detrás de un televisor de plasma y sin someterse a las preguntas de los medios de información. La ciudadanía quiere de una vez transparencia y no las artimañas que se han visto desmontadas una tras otra. ¡Señores, que se trata de nuestro país y no de intereses particulares! ¿Otro caso Filesa? Quédense calladitos y que actúen los jueces con contundencia extrema.

DIMES Y DIRETES

- "Y debemos de recordar que el Ministerio Fiscal está sometido a la jerarquía y, por tanto, es el Ministerio de Justicia y el Gobierno de España el que ha solicitado la prisión incondicional” (de Bárcenas). Lo dijo Matilde Asian, diputada del Partido Popular por Las Palmas.  Parece que esta diputada desconoce que el poder legislativo, el poder ejecutivo y el poder judicial son independientes. En un país serio, esta señora hubiera dimitido de su cargo, pero como se decía en tiempos pretéritos, España es diferente. ¿Recuerdan aquello de “Europa termina en los Pirineos”? Pues eso.

- "“Yo ya me eché las manos a la cabeza hace muchos años y pagué las consecuencias”. Lo dijo el exjuez Baltasar Garzón, quien fue instructor del caso Gürtel.

¿Y ahora? Pues nada, les invito a jugar a “Hundir la flota” (pica aquí).

Hay que tener buena memoria
después de haber mentido.

Pierre Corneille (1606-1684) Poeta y dramaturgo francés.

martes, 9 de julio de 2013

Flores.

LAS FLORES SON SERES VIVOS,
PERO SI LAS ARRANCAS,
SE MUEREN.

GRACIAS
POR
RESPETARLAS.

© Helena Doreste Febles.



Siempre hay flores para
el que desea verlas.

Henry Matisse (31-12-1.869, 3-11-1.954), pintor. 
 

sábado, 6 de julio de 2013

Tortuga Lúa.

Cada mañana, con los ojos todavía medio cerrados por el sueño, Tortuga Lúa salía de casa. Lentamente, un paso tras otro, atravesaba el jardín haciendo siempre el mismo camino, el que conducía al huerto.
.- ¡Mirad quién llega! – susurró un rábano -. Oigo sus pasos sobre los guijarros del camino: cric, crac, cric, crac...

- ¡A buenas horas! – protestó exaltada la tomatera -. Mirad lo cargada que estoy, y ni una vara para sujetarme. Estoy harta, ¡harta! Parece que aquí sólo vivan lechugas. – se quejaba roja como un tomate de rabia.
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Pero antes de cuidar a sus queridas lechugas y de atar las tomateras, Lúa saludaba siempre a un viejo amigo, el señor Calabaza.
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Su estado era tan espantoso que el señor Calabaza ya no asustaba a nadie desde hacía mucho tiempo. Hasta los gorriones, normalmente asustadizos, revoloteaban y piaban a su alrededor y se posaban en bandada sobre sus brazos extendidos. La tortuga, que no sabía nada de todo aquello, cada mañana repetía: <<Si mi jardín está tan hermoso es porque está bien vigilado, ¿verdad, señor Calabaza?>>, y hacía lo posible por mostrarle agradecimiento.
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Le sacudía el polvo al sombrero, anudaba de nuevo la bufanda y ponía un poco de orden en los harapos que le servían de vestimenta. Después, la tortuga se ocupaba de las hortalizas bajo la mirada vigilante del señor Calabaza, que agitaba sus viejos vestidos y movía los zapatones como para demostrar que, de haber podido, le hubiera encantado ayudar.
.Poco podía imaginar la tortuga que aquella historia acabaría convirtiéndose un día en una verdadera pesadilla. Seguramente comió demasiada ensalada aquella noche, porque sus sueños fueron muy agitados. La pobre soñó que el señor Calabaza chutaba los tomates, pisoteaba las zanahorias y, sobre todo, se comía hasta las última hoja de las lechugas.
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Lúa no pudo soportarlo. Se levantó precipitadamente y corrió directa al huerto tan rápido como lo puede  hacer una tortuga. Por desgracia, ya era demasiado tarde. Alguien había devorado sus queridas lechugas, roído las zanahorias y aplastado los tomates.
.- ¡Señor Calabaza! – gritó furiosa -. ¡Señor Calabaza!
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El espantapájaros no respondió. Había desaparecido. Sin embargo, el insaciable glotón había dejado a su paso muchas pisadas, que Lúa enseguida siguió. Después de una interminable búsqueda a través del jardín, llegó a..., ¡menuda sorpresa!..., a casa del duendecillo. Pero Membrillo, rabioso porque le habían despertado muy pronto, murmuró que no sabía nada de toda aquella historia y le dio con la puerta en las narices.
.Desconsolada, Lúa volvió al huerto.
.- El que lo ha hecho tenía una cara muy extraña – dijo la lombriz para consolarla.
.- Sí, una cara de granuja espantosa – añadió un escarabajo sanjuanero.
.- Sea como sea, el culpable es el espantapájaros – afirmaron los caracoles alargando los cuernos.
.- ¡No les hagas caso!, ¡no les hagas caso! – piaron de repente los gorriones -. Quien se ha comido todas tus lechugas es el conejo, un conejo de color chocolate con una nariz grande y amarilla. Y ha sido el duendecillo quien ha pisoteado las zanahorias cuando perseguía al conejo. Iba muy rápido y ha derribado al
espantapájaros, que ha huido corriendo hacia la cabaña.
.Los pajarillos le habían dicho la verdad. El señor Calabaza se había escondido en la cabaña y estaba muerto de miedo.
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- ¡No he sido yo! ¡No he sido yo! – exclamó al ver la tortuga.
.- Pues claro que no. ¡Ni en sueños pensaría algo parecido! – respondió la tortuga con voz indignada -. Venía a pedirte que ocupes de nuevo tu lugar en el huerto.
.- ¡Estupendo! – suspiró el espantapájaros sollozando -. Aunque yo ya no asusto a nadie.
.- Ya lo sé – dijo Lúa -. Como ahora veo que sabes correr, quizá me puedas ayudar un poco en vez de quedarte plantado todo el día sin hacer nada.
.- ¿Y de verdad trabajaré? – preguntó.
.- Trabajarás de verdad – respondió Lúa acercándole la regadera.
.Muy emocionado, el espantapájaros salió a toda prisa de la cabaña, regadera en mano. Se dirigió a grandes zancadas hacia el huerto seguido de la tortuga, que no podía resoplar:
.- ¡Espérame, espérame, que así te explicaré cómo hacerlo!
.Pero el señor Calabaza ya estaba a cuatro patas cavando la tierra para plantar nuevas lechugas.
.Y así fue cómo desde aquel día cuidó con cariño todas las hortalizas bajo la atenta mirada de la tortuga, que hacía guardia y perseguía a los intrusos..., sin dejar de masticar hojas de lechuga, naturalmente.

© Antón Krings.

Amistades que son ciertas
 nadie las puede turbar.

Miguel de Cervantes (29-9-1.547, 22-4-1.616),  novelista y dramaturgo.