Como ya sabes, la Música es un arte que se pierde en la memoria de los tiempos. Desde un principio, quizá aquel homínido, antepasado nuestro, gustaba de escuchar el canto de los pájaros y, por eso, intentó hacer herramientas (instrumentos musicales) que le permitiesen reproducir esos bellos sonidos que emitían algunas aves. Inevitablemente, también se dio cuenta de una circunstancia que le era agradable: usar su propio cuerpo para generar sonido. Su voz podía imitar el canto de un pájaro y su cuerpo le permitía crear acompañamientos percusivos para, a su modo de entender, embellecer el canto que estaba imitando. Y, ¿por qué no?, también usó su propio cuerpo para recrear danzas que tenían que ver con algunas actividades que realizaba, como por ejemplo, la recogida de una buena cosecha o celebrar eventos que eran de interés para la comunidad a la que pertenecía. Pero todo esto tenía también su lado oscuro... En sus conflictos con otras tribus primitivas hacía danzas, sonidos y canciones que invitaban a la guerra y a una convivencia nada pacífica.
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El transcurrir evolutivo permitió que aquel homínido tuviera una serie de transformaciones a nivel físico y a nivel cerebral. A nivel físico empezó a erguirse y a caminar sobre sus dos piernas, utilizó sus dedos pulgar e índice de la mano para utilizarlos como pinza y a perfeccionar el movimiento de su cuerpo; a nivel intelectual empezó a utilizar y a desarrollar áreas cerebrales que le permitió preguntarse el por qué de las cosas para entender el mundo que le rodeaba, a desarrollar ciertas capacidades abstractas como pueden ser el uso del lenguaje, la escritura y, sobre todo, la utilización y manipulación de materia prima para transformarlas en herramientas que le facilitarían su propia existencia. Como no podía ser menos, la Música le abrió nuevas perspectivas que le permitieron avanzar en el aspecto motriz y cognitivo. En el aspecto motriz, perfeccionó sus danzas, coordinó los movimientos de su propio cuerpo y agilizó sus dedos para tocar pequeños instrumentos musicales; en el aspecto cognitivo pensó en crear nuevas danzas, nuevos instrumentos musicales y, sobre todo, crear nuevas canciones o sucesiones sonoras que tuviesen un sentido estético y agradable.
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Todo el progreso anterior es el legado que tenemos hoy de aquellos homínidos que fueron transmitiendo de generación en generación todas sus costumbres y conocimientos. La curiosidad innata del ser humano quiso que usase la tecnología para aplicarla a ese elemento cultural y creativo que es la Música. El desarrollo de la informática ha sido un medio que constituye un cambio radical en la concepción musical que tenemos hoy en día. Actualmente, mediante un ordenador, se puede generar un sonido que sea casi idéntico al de un piano, los compositores ya no necesitan a una orquesta para escuchar sus propias composiciones y se abren nuevas perspectivas sonoras. Pero al final, el elemento humano es esencial para realizar y crear progresiones de sonidos que al oyente le sean agradables o, en su caso, desagradables. Están los que dicen que “para gustos, los colores”; otros prefieren decir “para gustos, la Música”. Lo que está claro es que una máquina nunca suplantará la capacidad creativa del ser humano porque, al fin y al cabo, es el ser humano el que programa a la máquina.
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Y para terminar, quiero hacerte una pregunta: si hoy viviesen Bach, Mozart, Beethoven... ¿cómo crees que utilizarían la tecnología para hacer Música?
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Te invito a que veas estos vídeos. Lo tienen todo: música, creatividad y tecnología. Y lo más importante es que están hechos por SERES HUMANOS.
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"Ordenar dos notas de música es elegir: la primera es la causa de la segunda, no causa científica en el sentido de que la suscitaría necesariamente, sino causa histórica que se determina en sí misma, cuya intención se realiza en plena libertad. Es un todo inteligible y no una sucesión arbitraria de notas".
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