viernes, 30 de noviembre de 2012

Con las palabras expresamos...

Ella es la niña más lista e inteligente que existe. Es la niña de mis ojos, la que me robó el corazón desde el primer día que me miró.
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Desde entonces, no nos hemos separado y para mí significa lo más grande en esta vida.
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Aunque muchas veces no me haga caso y piense que no la quiero, pues me lo dice mucho, sabe que me desvivo por ella y que todos los días me levanto con la idea de que al abrir mis ojos, ella esté ahí con su sonrisa eterna.
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Cariño, lo eres todo para mí.
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Tu madre que te quiere...

¡¡¡MUCHÍSIMO!!!

© Luz María Acosta Reyes

lunes, 19 de noviembre de 2012

Una risa para la eternidad.

Emilio era una persona afable, noble de espíritu, que vivía con mucha intensidad el mágico mundo de la infancia. Su profesión lo decía todo de él. No era una profesión como otra cualquiera, como lo puede ser la de arquitecto, médico, granjero, maestro, albañil... En absoluto. Su profesión abarcaba todas las disciplinas del saber humano y las combinaba con una destreza envidiable ya que era un gran experto y conocedor de su profesión, como si fuese un excelente cocinero que hacía exquisitos platos con pocos ingredientes. Si había que animar a alguien, ahí estaba él; si había que hacer una tontería, ahí estaba él; si había que entretener, ahí estaba él; si había que..., ahí estaba él, siempre intentando arrancar las risa de quien lo escuchaba y lo miraba.
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Recuerdo que, cuando era niño, los sábados por la tarde esperaba pacientemente, rodeado por mi familia y atentos todos a la caja tonta, a que él entrase en casa. No venía solo, le acompañaban sus hermanos que también tenían la misma difícil y admirada profesión. Era una espera agradable porque antes de que él y sus hermanos aparecieran en la pantalla de tubos catódicos, en blanco y negro,  mi madre nos preparaba la merienda a mis hermanos y a mí. Y cuando le daba el primer  o el segundo mordisco a aquel bocadillo de nocilla o de otro condimento (la memoria ya no me alcanza) aparecían de forma espectacular. Uno por uno, él y sus hermanos nos hacían una pregunta que ha pasado a la historia y que hoy en día se sigue utilizando bastante. Toda la familia nos entreteníamos con sus canciones y sus aventuras. Quizá a ti, que estás leyendo esto, te pasaba algo parecido.
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Emilio se dedicó a su profesión durante muchísimos años enfocada a un gran abanico de personas: desde los más pequeños hasta los más grandes. Y digo también los más grandes porque, como tú o como yo, siempre los mayores tenemos muy dentro de nosotros, escondido en un recóndito lugar de la memoria, el recuerdo de cuando éramos niños y nadábamos en la inocencia inconsciente de un mundo mágico que era ajeno a la realidad cotidiana.
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Ahora, Emilio se fue a dar un largo viaje sin retorno, un viaje que le supondrá nuevos y desafiantes retos que hará con los otros hermanos que le están esperando: Fofó y Gaby. Si hay que animar a alguien, ahí estará él; si hay que hacer alguna tontería, ahí estará él; si hay que entretener a alguien, ahí estará él; si hay que..., ahí estará él  HACIÉNDONOS REIR ETERNAMENTE. Pero, desde luego, formulando la histórica pregunta:
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¿CÓMO ESTÁN USTEDES?
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Gracias, Emilio Alberto Aragón Bermúdez (4–11–1.929,  18–11–2.012) por todos esos buenos momentos que me hiciste pasar.
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¡GRACIAS, MILIKI!
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¿Qué recuerdas tú de esa época? Si quieres, puedes comentarlo.  

viernes, 16 de noviembre de 2012

Recetas.

Hablemos de recetas. Existen muchas. Las hay para comprar medicinas o para hacer sabrosos guisos;  pero también hay recetas como esta.

UNA RECETA LECTORA.

Ingredientes:
- 2 tazas de vocales.
- 1 kilo de consonantes.
- 1 pizca de pausas.
- 1/2  litro de alegría.
- 1 bola de ideas.
- 1 sabroso rincón.



Modo de prepararse:

- Limpia el sabroso rincón hasta dejarlo cómodo.
- Mezcla las vocales con las consonantes hasta formar una buena sopa de palabras.
- Incluye la pizca de pausas, sin olvidar el medio litro de alegría.
- Cuando empiecen a brotar los textos, exprímele la bola de ideas y...

¡A disfrutar del placer de leer!

© Antonio Domínguez Hidalgo.
© Aurora Consuelo Hernández Hernández.
© Martha Judith Oros Luengo.
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martes, 13 de noviembre de 2012

¿Qué les dirás, si tus hijos te preguntan?

Todavía hoy, con todo lo que acontece, escucho a demasiada gente justificar porque no lucha. Todavía hoy, con tanto sufrimiento derramado, quedan demasiadas personas indolentes.  Excesivas excusas, incomprensible flojera.

“Hombre soy. Nada de lo humano me es ajeno”, sentenció Terencio. Como humano puedo entender el miedo y su capacidad inmovilizadora; puedo comprender que prefiramos cerrar los ojos antes que afrontar la realidad que nos envuelve y hasta soy capaz de concebir que, ante la barbarie, reaccionemos escondiéndonos,  casi inertes para no ser descubiertos y rezando: ¡a mí no, qué no me toque a mí!, mientras ruedan  cabezas, justo al lado nuestro.

En lo humano, puedo incluso entender que escojamos ser esclavos antes que asumir la responsabilidad de decidir;  pero precisamente en lo humano, no alcanzo a resolver  que tipo de mecanismo nos puede llevar a permitir, impasibles, el sacrificio de nuestros hijos y su futuro. ¿Qué clase de instinto de supervivencia puede justificar nuestra desidia cuando se juega con el destino de nuestros vástagos? ¿Con qué tripas somos capaces de argumentar nuestro abandono y pasividad a sabiendas de que, con ello, les condenamos a vivir en la más salvaje de las junglas?

El 25% de la población activa española, el 33% de la canaria, ha perdido su empleo y por tanto, se le ha sustraído la posibilidad de decidir si secunda la huelga. Los porcentajes restantes sí tenemos esa posibilidad y podemos ejercerla por nosotros, por ellos y, sobre todo, por nuestros hijos. La historia de las conquistas sociales, la de la  consecución de nuestros derechos más básicos, están escritas con tinta de lucha y movilización; nada nos ha sido nunca regalado. Nada se ha logrado jamás desde el lamento pasivo y la  inactiva espera a que las cosas cambien por sí solas.

El 64% de los jóvenes canarios está en paro, el 38% de nuestros niños se encuentra bajo el umbral de la pobreza; ese es nuestro presente, pero el futuro se pinta con tonos aún más oscuros: miseria, emigración, trabajo precario y sin derechos.
Esta realidad debería revolvernos; debería hacernos saltar de nuestras adormecedoras sillas, hechas de pavor, inconciencia o excusas.

Tal vez mañana, tu hijo o hija te pregunte: “¿Papá, mamá, y tú qué hiciste?” ¿Qué les dirás?:  “¡Tenía miedo! ¡No me enteré, preferí no conocer lo que ocurría!” Quizá podrías responder: “Mira, hijo/hija, me habían reducido el salario, me habían subido los impuestos y los precios, me quitaron la paga extra y yo, en fin, tenía que pagar la hipoteca –o la letra del coche- y no quise que además me descontaran por ir a la huelga; no estaba dispuesto/a  a  que se quedaran con un solo euro más de mi bolsillo”.

Puede que tu hijo/hija, en ese caso y porque las generaciones siempre mejoran, te responda: “Papá, mamá, ¿te has parado a pensar si todo eso que te quitaron y todo lo que a mí me han despojado fue, precisamente, por evitar perder un poco de dinero? El salario de uno de tus días de trabajo, pudo haber cambiado mi mundo”.

El 14 de noviembre y las veces que hagan falta, muchas mujeres y hombres iremos a la huelga. Cada una/o desde el ámbito que pueda, no trabajando, no estudiando, no consumiendo, …, lucharemos por nuestros derechos y los de nuestros descendientes, pero también por los de aquellas/os que decidieron seguir aferrados a pretextos.
 
© Adolfo Padrón Berriel

sábado, 10 de noviembre de 2012

Conectando con el mundo virtual.

Bienvenido/a a este blog anclado en estos mundos que existen a base de impulsos eléctricos de unos y ceros creados por la especie inteligente de un lugar en la inmensidad del Universo llamado Tierra. Lo de especie inteligente, y perdón por el cambio súbito de esta conversación virtual, es muy cuestionable porque todavía hoy, con unos cuantos años a mis espaldas y saliéndome las primeras canas, no entiendo cómo después de miles de generaciones de esta especie, a la cual pertenezco, no hemos sido capaces de llegar a acuerdos para mantener nuestra casa, nuestro hermoso planeta, en unas condiciones aceptables para que lo puedan disfrutar nuestros nietos. Volviendo a lo que decía al principio, al blog, nace por el desarrollo de una idea que he venido gestando durante unos cuantos años atrás con un concepto, si me lo permiten, personal, pero con afán de que pueda ser útil, entretenido, introspectivo, educativo y, ¿por qué no?, divertido.

Quizá te haya llamado mucho la atención del nombre elegido para este blog. Sé que un blog que se llame “EL CONTENEDOR NUCLEAR” puede, de entrada, asustar y se pueda pensar que el contenido versa sobre aspectos como pueden ser los residuos radioactivos o la amenaza radioactiva. No tiene nada que ver con esos asuntos, aunque en ocasiones, mis comentarios o mis post puedan llegar a tener ciertas dosis radioactivas y, cómo no, con acidez (prepara el sobre de Almax) que puedan hacer reflexionar sobre algunos temas que a mí me parecen interesantes. El objetivo que pretende este marco virtual es que, como reza el epígrafe, se pueda segmentar casi de todo, es decir, que aquí puede caber casi cualquier cosa, pero no todo puesto que va dirigido a un público que será el futuro de este país y a otras personas que son los que, de alguna manera, lo sostienen con su esfuerzo ahora. Y no me refiero a los políticos, ni a los banqueros ni a los corruptos, que de esos, ya estoy harto, no sé si tú también. A estos los echaremos de EL CONTENEDOR NUCLEAR, aunque de vez en cuando se les dará caña sin dar nombres, por supuesto que sí. Gracias a ellos estamos sufriendo un drama social que jamás nuestra generación ha visto y, dese luego, desde aquí, se les criticará por su mal hacer, por su falta de sensibilidad con la ciudadanía y en especial, con los que serán el futuro de este país a los que les han endosado una dura losa en forma de hipoteca con 100.000 millones de euros (más intereses) además de otro posible préstamo multimillonario.

La estructura del blog es simple. La parte derecha esta destinada a los más pequeños (y también para los más grandes) de la casa  porque considero que las nuevas tecnologías pueden ayudarles a reforzar ciertos conocimientos que se pueden dar en el colegio y darles un pequeño impulso para que en un futuro tengan garantías de éxito, progreso y de bienestar. Así, los peques podrán hacer actividades de Matemáticas, Lengua, Inglés... Para ellos, también hay una sección de juegos para que, una vez que hayan estudiado sus lecciones, se entretengan y se diviertan retando a papá o a mamá a jugar. La parte izquierda es la zona que está orientada para los más grandes de la familia, aunque también los más pequeños podrán usarla, en las que he colocado algunos enlaces que pueden tener interés. Hay enlaces a medios de comunicación, a descargas de software interesante y necesario para tu ordenador o enlaces que tienen cierto aspecto cómico sin dejar a un lado algunas webs serias que no estaría mal visitar, como museos, sanidad y ONG´s.

La pluralidad será un vector director importantísimo en este blog y es por ello que, si lo crees conveniente, podrás opinar libremente expresando tus ideas siempre y cuando no caigas en el insulto, la descalificación y la intolerancia. Pero para eso, siempre hay que poner un filtro para evitar que se cuele alguna palabra inapropiada o un insulto que no cumpla con las normas que he expresado anteriormente.

También me gustaría que participases en EL CONTENEDOR NUCLEAR. Como decía antes, la pluralidad por una parte y la participación por otra, es algo que puede dar vida a este depósito virtual. ¿Cómo puedes participar? Muy fácil: quizá seas una de esas tantas personas que tiene una faceta oculta y que no te gusta expresarla ya sea por timidez o porque piensas que lo haces mal. No te preocupes, tu aportación, si lo deseas, será anónima y muy bienvenida, cosa que te agradeceré bastante.

Espero que este blog sea un punto de encuentro para toda la familia y que juntos lo compartan conmigo. Nuevamente, bienvenido/a a EL CONTENEDOR NUCLEAR.