Esta noche, el Malvado Lobo Feroz parece muy cansado. Se ha tumbado en la hierba y ha empezado a lloriquear.
.- ¡Estoy harto de perseguir a los tres cerditos y de intentar derribar casitas! Estoy cansado de disfrazarme de abuelita para engañar a Caperucita Roja. Ya no me apetece ni lo más mínimo asustar a los sietes cabritillos. ¡No puedo más!
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Silvina, la hadita del bosque, lo ha oído todo y quiere ayudar al Malvado Lobo Feroz. Se acerca a él y le dice, acariciándole el lomo:
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- ¿Qué te pasa? ¿No te encuentras bien?
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- ¡Oh, Silvina! Ni te lo imaginas… ¡Esto es horrible! Me gustaría que me quisieran. Asusto a todo el mundo y no tengo ni siquiera a un amigo.
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- Bueno, no es fácil tener amigos cuando uno sólo piensa en comerse a los demás - explica Silvina.
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- Eso ya lo sé - responde el lobo - . Pero necesito cambiar. No puedo seguir viviendo así. ¡Ya no tiene gracia! ¡Ni la más mínima! ¿No podrías ayudarme tú, amable hada del bosque?
- De acuerdo Malvado Lobo Feroz. Como todos los animales del bosque, tienes derecho a pedir un deseo. Di cuál es y yo haré que se cumpla. Pero ten cuidado y piénsatelo bien: esto sólo ocurre una vez en la vida.
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El lobo no necesitaba pensar mucho. Levantó una patita y dijo, con gran solemnidad:
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- Soy el Malvado Lobo Feroz y pido al hada del bosque, aquí presente, que me transforme en Buen Lobo Cariñoso para el resto de mis días..
Y desde ese momento, en el bosque, el lobo ya no le da miedo a nadie. Ahora tiene un montón de amigos ¡que lo quieren muchísimo!
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Autor: Cafouan.
Ilustración: Liliane Crismer.
Del libro “Las Hadas”.
Editorial Libro Divo
Ilustración: Liliane Crismer.
Del libro “Las Hadas”.
Editorial Libro Divo
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